El renuente banquero central del mundo

El renuente banquero central del mundo

NUEVA YORK – Se supone que estamos en la era de los bancos centrales poderosos, dispuestos a esgrimir su potencia a nivel mundial. No obstante, el más poderoso de todos – la Reserva Federal de Estados Unidos [la Fed] – también es el banco central más reacio a reconocer su alcance global.

Al igual que todos los bancos centrales, la Fed, tiene un mandato local, el que se enfoca en la estabilidad de los precios y en el empleo a nivel nacional. Sin embargo, a diferencia de la mayor parte de los bancos centrales, la Fed tiene responsabilidades globales. Esta tensión constituye la raíz de algunos de los problemas más amenazantes que la economía mundial enfrenta hoy día.

Nueva luz sobre la desigualdad del ingreso

Nueva luz sobre la desigualdad del ingreso

ABU DHABI – Los discursos de los políticos sobre la desigualdad tienden a ser parcos en cuanto a hechos, pero expansivos en cuanto a propuestas ideológicas. Una explicación caritativa para la baja calidad del discurso público sobre la desigualdad del ingreso en las economías en desarrollo y emergentes, es que en ellas los datos acerca de la distribución del ingreso suelen ser escasos o dudosos. Sobre un tema de la importancia de éste, los debates por lo general generan más calor que luz.

Pero esto podría estar llegando a su fin a través de un nuevo conjunto de estudios. Liderado por Nora Lustig, profesora de economía especializada en América Latina, un equipo del «Commitment to Equity Institute» de la Universidad de Tulane ha desarrollado extensas bases de datos relacionados con el estado de la distribución del ingreso, y asimismo con los efectos de las políticas públicas relativas a dicha distribución. De importancia crucial es que las cifras son similares a través de un conjunto amplio de países de ingresos medios y bajos, y también concuerdan con los datos existentes en relación a países avanzados. Las conclusiones preliminares que están surgiendo de estos estudios van a iluminar los debates políticos – y probablemente desagradar a los ideólogos tanto de derecha como de izquierda.

El gobierno necesita realismo con renuncia

El gobierno necesita realismo con renuncia

En entrevista con revista CARAS, Andrés realizó un análisis respecto a la situación actual de las reformas del gobierno, los nuevos desafíos de Fuerza Pública y otros temas de contingencia política.

«Celebro que se haya instalado en el debate la desigualdad, pero resulta que las grandes causas como el desempleo de mujeres vulnerables jefas de hogar y de los jóvenes están ignorados. Por otro lado, Chile está en medio de una tremenda transición demográfica; en 20 años habrá más adultos mayores que menores de 18, lo que exigirá un cambio radical en la forma de habitar las ciudades y en la entrega de servicios públicos. Otro gran tema es que ya es hora de dejar de pensar en vivir a costa de la riqueza natural. Hay que evaluar nuestra inserción en el mundo. De La Serena al norte, más del 70 por ciento de los empleos están vinculados a la minería; si ésta en 25 años dejará de ser lo que es hoy, ¿alguien está pensando de dónde se generarán nuevos puestos de trabajo?»

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Nuestro océano está en peligro

Nuestro océano está en peligro

Esta semana se reúnen en Chile líderes políticos, científicos y activistas de todo el mundo en el congreso Nuestro Océano. El océano es nuestro, pero lo estamos contaminando y sobre-explotando como si fuera ajeno. Pese a que la degradación del océano no es tan visible como la deforestación, es igualmente peligrosa. Por lo menos la mitad del oxígeno que respiramos proviene de sus aguas, las que absorben más dióxido de carbono que los bosques.

El callejón sin salida del corbynismo

El callejón sin salida del corbynismo

SANTIAGO – América Latina tiene un nuevo producto de exportación: la reacción populista. Primero arribó a las cálidas y receptivas costas del Mediterráneo para nutrir el apoyo a Syriza en Grecia y a Podemos en España. Ahora ha llegado al Reino Unido.

A quienes conocen América Latina les resultará conocido el corbynismo, la ideología de Jeremy Corbyn –miembro del parlamento británico que admira a Hugo Chávez, justifica la invasión de Ucrania por parte de Putin, y ahora el líder del venerable Partido Laborista. El corbynismo propugna el financiamiento monetario de los déficits fiscales (que ahora se llama «relajación cuantitativa del pueblo»), la nacionalización de las industrias (empezando por los ferrocarriles), y el fin de la competencia y de la prestación de servicios públicos por privados. Estas son posturas que el ex Primer Ministro Tony Blair y sus simpatizantes pensaban -equivocadamente, al parecer- que habían consignado al basurero de historia.

Por supuesto que este nuevo populismo (compartido por Bernie Sanders, el rival de Hillary Clinton) tiene mucho de qué alimentarse. Como lo ha enfatizado Martin Wolf, la crisis financiera de 2008-2009 hizo que muchos votantes se enojaran -y con razón- con «los codiciosos plutócratas y sus lacayos en la política y los medios». El premio Nobel Paul Krugman (quien a veces parece corbynista, pero no lo es) y Wolfgang Munchau subrayan que la izquierda moderada en Europa perdió apoyo popular por estar demasiado dispuesta a aceptar la versión extrema de austeridad fiscal exigida por Alemania y sus aliados de corte ortodoxo.