Más empleo para la región del Maule

 

Fomento del empleo

La región del Maule necesita más y mejores empleos.

Para nadie es un misterio que el trabajo es el motor que le permite a una familia salir adelante. Un buen empleo, estable con condiciones dignas nos permite proyectarnos, crecer y mejorar. En este recuento consideramos medidas concretas para generarlos.

Políticas globales a corto, mediano y largo plazo

En el corto plazo hay que potenciar la inversión pública en infraestructura y construcción de viviendas utilizando terrenos fiscales creando de paso barrios dignos y más amables además de la rehabilitación de blocks.

En el mediano plazo, tenemos que traer nuevas empresas y nuevas industrias a la región que den trabajo de calidad. Y para eso necesitamos un pacto entre el gobierno regional, el sector privado y los municipios, que identifique y elimine los lomos de toro que impiden el crecimiento de nuevas empresas y/o emprendimientos.

Además proponemos duplicar el aporte público a la Política Estatal Activa Pro-empleo. Hoy el país invierte menos del 0,3 por ciento del PIB en esta labor: tenemos que alcanzar el estándar OCDE (0,6 por ciento del PIB) en tres años. Con estos recursos, implementaremos programas de capacitación.

En el largo plazo la diversificación es clave para estimular la productividad y el crecimiento económico. Para subir la productividad hay que concentrarse en nuevos productos, en los que la inversión y la mano de obra rindan más. La evidencia internacional muestra claramente que las economías más diversificadas crecen más.

Política Industrial

Un problema adicional es que las enormes ciudades tienen mercados laborales segmentados, ya que gran parte de los servicios se prestan donde viven los ricos, los que suelen estar a una gran distancia de los lugares donde residen los pobres, por lo que estos últimos deben recorrer enormes distancias. Esta segmentación especial es mala para la eficiencia de la economía y, por sobre todo, para la calidad de vida de muchas personas de menores ingresos.

Cuando una persona tiene que recorrer cuatro horas diarias de bus para llegar al trabajo, no es de sorprender de que esté menos interesada en participar del mercado laboral, sobre todo porque una fracción no menor de su sueldo se puede ir a compensar el costo de oportunidad de ese viaje, no generando mucho valor agregado adicional. En jerga de economistas, ello implica una reducción de la oferta de trabajo, reduciendo con ello el producto agregado y también el potencial de crecimiento.

Esta estructura urbana, con hogares tan lejos de trabajo se puede explicar parcialmente debido a una miope política de subsidios habitacionales, que busca maximizar el número de viviendas construidas en el corto plazo, pero olvidando las enormes externalidades e ineficiencias por la limitada conectividad. Si bien el problema urbano es muy complejo, tener manufacturas en zonas periféricas de las ciudades más grandes podría mitigar este efecto.

Dicho de otro modo: el enfoque predominante en décadas pasadas ha sido el de llevar los trabajadores a donde hay puestos de trabajo. Nosotros proponemos llevar los puestos de trabajo donde están los trabajadores. Ello implica a tener un empleo cerca de casa y facilitar traslados. Para todo ello una política industrial moderna puede tener efectos benéficos.

Sistema Nacional de Oportunidades Laborales

Crearemos un sistema nacional de Información de oportunidades de empleo que incluya vacantes disponibles, tendencias del mercado de trabajo, sectores en que se crean empleos y qué requisitos deben cumplir quienes desean postular a esos empleos, incluyendo el envío de información vía mensaje de texto a los interesados.

Adaptabilidad de horarios, turnos y jornadas laborales

En Chile se han creado dos tipos de condiciones laborales: uno más regulado, con mayor protección y seguridad. Y otro al que acceden principalmente las personas más vulnerables que tienen dificultades para ser contratadas y donde predomina la precariedad y la falta de protección.

Debemos transitar hacia un mercado laboral ágil, pero a la vez protector y garante de derechos, que permita la adaptabilidad de los horarios, turnos y jornadas de trabajo. Fruto de la negociación entre el sindicato y el empleador, que de protección y tranquilidad. Para ello necesitamos sindicatos fuertes, representativos y capacitados. Pero necesitamos también políticas que se preocupen de quienes no tienen empleo y que por lo tanto no tienen sindicato que los represente.

Capacitación

Con los recursos obtenidos por el aumento del aporte público a la Política Estatal Activa Pro-empleo queremos impulsar la generación de planes de capacitación no solo para los que tienen trabajo —como funciona hoy— sino que también para las personas que nunca han trabajado o que no han tenido empleo por un largo tiempo, enfocándonos especialmente personas menores de 30 años y madres que no tienen actividad fuera del hogar.

Empleo Mujer

Fomentaremos la inclusión de la mujer al mercado laboral creando un subsidio al empleo femenino, permitiendo la adaptabilidad pactada de jornadas entre el sindicato y el empleador y ampliando el acceso a salas cunas y a la educación pre escolar. Ambos centros deben encontrarse cerca de su trabajo u hogar y estos deben iniciar su jornada a horas oportunas para facilitar de verdad que esa madre pueda dejar a su hijo para ir a trabajar, confiada en que recibirá una buena atención y estímulos.

Debemos fomentar la conciliación trabajo-familia. Para ello es necesario desarrollar la flexibilidad horaria para hacer frente a obligaciones familiares: aquellas madres trabajadoras podrán acceder a horarios flexibles en sus lugares de trabajo que les permita trabajar más horas diarias ciertos días para poder tener una mañana o día libre a la semana. Esta modalidad permitirá a las mujeres trabajadoras organizar mejor su trabajo y así poder estar presente en momentos de obligaciones familiares (visitas médicas, reuniones escolares, tiempo libre con sus hijos). La iniciativa no pretende que las mujeres trabajen menos, sino que –al revés— aumentar la productividad y eficiencia de las mujeres.

También exigimos mayor apoyo legal a la mujer trabajadora. Impulsaremos un proyecto de ley que incluya las siguientes buenas prácticas laborales: pausas laborales con goce de sueldo para capacitaciones o desarrollo de proyectos personales, flexibilidad horaria para controles médicos y obligaciones relacionadas con los hijos, obligatoriedad de sala de la lactancia, y reuniones de actualización luego del permiso de postnatal.

Empleo Jóvenes

Debemos incrementar las oportunidades de trabajo para los jóvenes, ofreciendo programas de capacitación para quienes no tienen trabajo, vinculando la educación técnico profesional con los puestos de trabajo y fomentando las jornadas parciales de trabajo, para que compatibilicen el trabajo con el estudio u otras obligaciones.

Además, debemos crear programas que ataquen las múltiples causas del riesgo social en los jóvenes, incluyendo la prevención del embarazo adolescente, el apoyo psicosocial y la formación en habilidades “blandas” que les sirvan a la hora de buscar y encontrar trabajo

Debemos educar para el futuro, mejores puestos de trabajo se generarán si formamos y especializamos a los alumnos en los próximos desafíos de la región. Actualmente el mundo del trabajo está desvinculado de lo que aprenden los jóvenes en sus carreras. Tenemos que preparar nuevas mallas de contenidos y estudiar la duración de las carreras. Lo ideal es que hagamos coincidir la educación de los nuevos técnicos y profesionales, con los requerimientos de las industrias y los desafíos de los centros de formación técnica profesional y universidades, junto con el gobierno.

Empleo Inmigrantes

Realizar un nuevo proceso de regularización. A pesar de que no existen cifras oficiales, es conocido que el aumento del número de personas que no ha regularizado su situación migratoria en Chile ha aumentado durante los últimos años. Esto, tiene un efecto negativo en la calidad de los empleos a los que pueden acceder, y en consecuencia a su calidad de vida.

Tal como se realizó el año 2007 durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, se debe realizar un nuevo proceso de regularización. Así, los migrantes podrán tener garantizado su acceso a contratos formales de trabajo, y por consiguiente a beneficios como pensión y salud.

Agilizar el trámite de validación de títulos universitarios. De acuerdo a las cifras del Departamento de Extranjería, entre quienes solicitaron su residencia permanente solo 1 de cada 10 inmigrantes declara haber finalizado estudios universitarios. Es fundamental mejorar los procesos de reconocimientos de títulos profesionales obtenidos en el extranjero. Actualmente esa tarea solo la realiza la Universidad de Chile, por lo que proponemos ampliar esa tarea a otras universidades previa acreditación del Ministerio de Educación y de la Cancillería.

Todo esto debe ir acompañado de una correcta normativa laboral que favorezca la integración, además de ser capaz de orientarla a los sectores carentes de fuerza laboral para su desarrollo. Como por ejemplo el sector salud en el que tanto se requieren profesionales especialistas para atender la creciente falta de atención. En este sentido se vuelve fundamental contar con la fiscalización adecuada, y las sanciones necesarias para el empleo de personas indocumentadas, las que pueden ser objeto de explotación debido a su situación de vulnerabilidad.

 

Esquema de políticas para el fomento del empleo

Esquema de políticas para el fomento del empleo

 

Queremos más empleo, empleos de calidad que cambien la cara de las familias, que cambien el rostro del Maule.